En ocasiones asumimos que las cosas son normales o naturales y no nos exigimos encontrar una mejora o incluso una solución a una situación.
Podemos sentirnos satisfechos porque los resultados son buenos y los altos mandos, los inversionistas y trabajadores se toman una cerveza para celebrar. Sin embargo, existe la oportunidad de beber champagne al ver como las utilidades se incrementan cuando adoptamos decisiones que se plasman positivamente en los estados de resultado financieros.
Una empresa dedicada a la fabricación de malla plástica decidió probar nuestra purga NCR y los resultados fueros nutritivos para su organización.
La planta compraba bobinas de plástico para introducirlas en su proceso secundario el cual corta / divide la película en hilos de aproximadamente 2mm de espesor. El producto que lograban de su propia extrusora contenía grumos y carbones. Estos al entrar en las tejedoras y cuando éstas hacían el corte mencionado, hacían que se reventara y el ajuste del “carrusel” se estropeara. Este ajuste toma entre 1.5 a 2 horas realizarlo. Era prácticamente imposible producir.
Otra situación era que en sus máquinas extrusoras de malla (otro tipo de malla) dejaban sucios los dados al grado de tener que limpiarlos con herramientas rotatorias y estas desgastaban el sello de estos, provocando otros problemas de calidad y la necesidad de comprar continuamente dados con costos que rondan a los $4,000 USD.
Y les dijimos… ADIOS.
El grado NCR erradicó los carbones de la extrusora y se pudieron integrar sus propias bobinas a las tejedoras, ahorrando al menos un 20% en el costo de producción.
Los cambios de color se hacen en la mitad del tiempo originalmente utilizado. Para empujar la purga utilizan el 40% de la resina que gastaban para realizar un cambio de color.
La vida de los dados se duplicó, ahora ahorran 4,000 USD por dado al año (24,000 USD). Además de reducir el riesgo de accidentes por el uso de las herramientas rotatorias.
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